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Soy hija de un minero de Asturias cuyo mayor legado fue transmitirme la satisfacción del deber cumplido, enseñarme a mantener la cabeza alta, la conciencia tranquila y a mirar siempre al frente con valentía y honestidad luchando por lo que quieres.
Mi madre me enseñó a vivir con una sonrisa eterna, una actitud conciliadora y me transmitió el amor por cuidar.

Empecé la carrera de Medicina con 17 primaveras siendo casi una niña, la acabé con 23 abriles y ese mismo verano ya hacía mis primeras consultas.
Recuerdo perfectamente que con 13 añitos aún jugaba con muñecas y al poco tiempo me encontré en la Universidad de Oviedo haciendo las prácticas de primer curso para estudiar anatomía delante de cadáveres conservados en formol.
Los profesores nos trataban de usted y había pasado de vivir en un pequeño pueblo minero a la “gran capital” asturiana.
Por aquel entonces fue un poco shock para mí, lo reconozco.
Eran otros tiempos está claro.
El mundo ha cambiado muchísimo durante este lapso.

Un día como hoy, 19 de marzo, decidí lanzarme a la aventura de construir mi sueño y abrí mi propia consulta médica.
Parece que fue ayer y de repente estoy celebrando feliz mis “solamente” 33 años de profesión!!!
La vida pasa rápido, pero es muy “anchilarga” y da tiempo a muchas cosas… Las mujeres podemos ser mujeres, madres, hijas, amigas, profesionales, seguir estudiando, ser divertidas, compañeras y capaces de atravesar los millones de baches y/o avatares del camino…
¡¡Que ninguna piense que no puede!!

De repente me veo con una inestimable cantidad de experiencia acumulada a la par que llena de vida y ganas por seguir descubriendo este apasionante mundo.
Soy consciente de que hay muchos aprendizajes que sólo se consiguen con el paso del tiempo y que esa escuela llamada Vida es la mejor Maestra para casi todo.

Doy GRACIAS INMENSAS a todos vosotros, mis “pacientes pacientes” por esa paciencia en la sala de espera, por la confianza, el apoyo, las sonrisas, la constancia…por estar ahí y otorgarme el privilegio de intentar ayudaros a mejorar cada día.
Pido PERDÓN DE CORAZÓN por las veces que no haya podido resolver con eficacia o incluso, me haya podido equivocar (los médicos somos personas, no dioses), pero, puedo decir con satisfacción que siempre he tratado de llevar puesta, además de mi cabeza, toda mi alma en el empeño de encontrar salidas y soluciones a cualquier problema que me hayáis presentado.
Cuidar de los pacientes es mucho más que curar un síntoma.
Es sanar un conflicto, es aliviar el sufrimiento del alma, es ayudar a sostener su dolor, es amparar, apoyar, reparar, proteger y acompañar a la persona en todo lo que necesite durante el proceso de su enfermedad y disfrutar haciéndolo.

Yo también he evolucionado y HE APRENDIDO CADA DÍA de estos “nada más” 33 años…por eso os quiero decir que nuestra clínica sois todos vosotros, ya que hacéis posible el sueño de que podamos seguir adelante con nuestro proyecto dentro de la Medicina Biológica e Integrativa.

“Gracias por motivarnos a mantener viva
la vocación de cuidar”
“Gracias por impulsarnos a seguir siempre sonriendo”

Nuestra Clínica eres TÚ.

Dra. Pilar Morán

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Rosa Ameijeiras y Natalia Blanco junto a la doctora Pilar Morán.