Parte 2

¿Quién no tuvo a veces ganas de escapar del mundo?
Cuando sientes que tu vida se ha roto,
cuando ves que tu realidad habitual se hace añicos,
cuando tus referentes se han desintegrado,
cuando has perdido el camino que conocías de vivir,
cuando el dolor emocional es tan intenso que te impide respirar… e incluso, casi deseas dejar de hacerlo…
porque no soportas sentir más ese pesar desgarrador que te atraviesa el alma y el corazón…

En esa tesitura somos como cachorros desvalidos sin madre, indefensos, sobreviviendo a la intemperie de la dura adversidad que nos golpea…
No sabemos qué hacer,
ni cómo seguir adelante ni adónde ir…
porque todo ha perdido el sentido.
Algo muy profundo se nos ha roto tan dentro que no podemos ni expresarlo…
Es el Alma.

El Alma, esa Esencia del Ser, irreductible,
esa entidad inmaterial e intangible, pero no inmutable,
es un principio vital que nos alienta y abre una vía potencial hacia la Consciencia del “Sí mismo”.

Una de las mayores peculiaridades del ser humano es que somos absolutamente semejantes en patrones básicos de estructura y funcionamiento pero, al mismo tiempo,
somos extraordinariamente únicos en Esencia.
Por tanto, nuestra grandeza a nivel individual es poder llegar a habitar esa unicidad que nos hace tan especiales y diferentes a cada uno.
Portamos ese “espacio sagrado” desde que nacemos y es nuestro Hogar interior.

Cuando esa puerta se abre y estamos desnudos por dentro, entramos en un estado de máxima vulnerabilidad, sin barreras ni defensas de ningún tipo.
Puede ser muy bonito tomar asiento en esa morada tan intima y valiosa, pero también se nos puede romper en mil pedazos, bien sea por un desamor inmenso o por una aflicción lacerante y devastadora que nos penetra hasta el núcleo mismo del ser.

Lo que no sabemos es que asimismo, siempre tenemos la capacidad de regenerarnos y de mudar la “piel” del alma.
Casi siempre, la vida nos brinda más de una oportunidad y
podemos aferrarnos a esa facultad de reparación para darle al “botón de reinicio”.
No somos indestructibles,
pero sí podemos reinventarnos y resurgir.

Además, si no se nos rompe el alma (o el corazón),
¿cómo podrá descubrirse para poder habitarla y
dejarnos Ser en Verdad?
Tal vez sea el Alma la que nos permite ser uno mismo…

Aunque, realmente, no es fácil navegar en un mar de incertidumbre, dolor, miedo, angustia e incongruencia.
En esos momentos, antes de tomar ninguna acción, tendríamos que conjugar la vida en reflexivo con dos verbos básicos :
-ReconocerSE para existir siendo auténticos y coherentes
Eso nos dará Fuerza, Serenidad y Centro de Equilibrio
para que no nos arrastre el caos.
-PerdonarSE para poder vivir en paz
porque, aunque el perdón no cambiará lo que ha pasado,
SÍ puede cambiar lo que pasará… y el Perdón se trata de Aceptar, Soltar y Dejar ir esos pensamientos destructivos…

(Por cierto, hago una pregunta al aire para reflexionar :
¿estamos predestinados invariablemente o tenemos libre albedrío y capacidad de redirigir nuestro destino?)

En cualquier caso, casi me atrevo a afirmar que:

“El destino último del ser humano es el Amor y el único camino que sana es aprender a ser Amor”,
a pesar de que, en ocasiones, sea tan difícil el viaje…
Hay circunstancias muy complicadas en la vida, en las que nada tiene sentido y lo único que podemos hacer entonces es
entregarnos a la Fuerza del AMOR sintiendo que toda esa Energía es la que nos sostiene.
(No me refiero a una relación entre dos personas, sino a un estado de Paz interior).

Con el fin de llegar a ese punto, quizás sea necesario conectarse con una realidad más espiritual para encontrar salidas y respuestas,
elevarse un poquito por encima del “mundanal ruido” para ser el dueño de tu propia alma…
y comprender que :
el cielo, el infierno, el purgatorio o el paraíso no son más que estados de consciencia.

NO SE TRATA DE LUCHAR, SE TRATA DE ENCONTRARTE DENTRO DE TI Y CONTIGO, AÚN EN LA ADVERSIDAD MÁS EXTREMA.

Y el lugar donde te encuentras contigo mismo, desnudo y
en la esencia más pura, es ese espacio inmaculado, original e inocente llamado Alma, que siempre porta una semilla de Esperanza y…
la Esperanza está en la Esencia del Amor!!

Desde el Corazón de mi Alma, lleno de toda esa Esperanza, hoy le pido al Universo un deseo:

“Quiero poder hacer Alquimia Emocional y aprender a transmutar el sufrimiento en la Fuerza necesaria (léase también Ganas) para continuar viviendo y saciar así esa Sed de Paz y Amor, que son la mejor medicina para restablecer la integridad del Ser”.

Cuando sanas por dentro de esa manera poniendo Orden, Calma y Armonía en el Alma…empiezas a estar preparado para “mirar la Vida con ojos de Todo es posible”.

Dra. Pilar Morán